14 de junio de 2011

Sobredosis

Esa noche justo después de encerrar los demonios garabateando frases sobre el papel dormidos como se debe en un abrazo electrizante un abrazo de esos que salen de lo mas profundo del alma, protegíamos nuestro sueño como lo mas sagrado que podríamos tener quizás de alguna forma sabíamos quesería nuestra última noche.
La calma de la noche se fue cuando el silencio fue roto por ese sonido que solo hace una celda de papal a romperse y liberar todos sus prisioneros no quise despertarte asi que lentamente me moví mientras cuidaba tu sueño cuando logre volver la vista hacia la puerta los vi eran todos a quienes mas temprano había encerrado, todos ellos como un pelotón de fusilamiento esperando la orden para darme la ultima estocada.
No me podía mover, no podía correr, no podía escaparme ellos bloquean la única salida de la habitación y justo atrás mío, la mujer que amo, no permitiré que la dañen, ni siquiera que la miren, inmóvil sentado, buscando respuestas en las guerras, en los besos en la inmensidad el cielo la única respuesta es que en el papel todos han crecido se han hecho mas fuertes y mas importantes ahora con una perversa sonrisa un seco y repentino sonido me despierta, ella esta muerta y yo digamos que solo estoy. 
Reconciliandome con las letras vuevlo a escribir, espero sea de su agrado

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